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Superluna sobre Xàtiva

La Superluna de Noviembre de 2016, una de las más cercanas a la Tierra de las últimas décadas, se levanta sobre la ciudad de Xàtiva, bañada con los últimos rayos de la puesta de Sol.


Supermoon of November 2016, one of the most closest to Earth in last years, rises over the city of Xàtiva (Spain), bathed with last rays of sunset.

 

Datos captura:
Canon EOS 100D + Tamron AF70-300 a 300mm. f/8 (1 × 1/125 seg. a ISO-200) desde Torre Cerdà, Valencia (España)

 

La «Superluna» de San Juan

El próximo 23 de junio podremos ver la grande y brillante «superluna», y por si fuera poco coincidirá en la noche de San Juan, vamos, que será lo más de lo más.

Pero, ¿de dónde han sacado esta moda de las superlunas? ¿alguien recuerda alguna superluna en el pasado? En cualquier caso dará igual, miles de personas se bañarán en el mar dando saltitos en este rito ancestral recauchutado y masificado, y mientras señalarán hacia el sureste donde a 21º de altura sobre el horizonte marino brillará con fuerza la superluna de 2013, porque ahora, por fin ya tenemos superluna todos los años. Y dirán, ¡oh, sí! ¡es verdad, es enorme, que cerca está!

Un momento, paren el mundo. ¿En qué nos basamos para afirmar todo esto? ¿En la noticia «friki» del día? Por favor, hagamos un poco de ciencia:

Hace muchos años, en nuestra propia galaxia, el iluminado astrólogo Richard Nolle inmiscuyéndose en un campo que no le atañe se inventó la «superluna» para denominar un hecho astronómico llamado perigeo-sicigia, un término sólo para «gafapastas» que significa la coincidencia de la fase de Luna Llena con su punto más cercano en su órbita a nuestro alrededor. Ambas cosas suceden todos los meses, pero al mismo tiempo sólo suceden de vez en cuando.

Es cierto que durante las «superlunas» se ve nuestro satélite más grande, concretamente entorno a un 12%, pero ¿es posible darse cuenta de esa diferencia a simple vista? Definitivamente no. Es prácticamente inapreciable a no ser que echemos mano de telescopios, retículos y otros utillajes astronómicos.

Lo que ocurre es simplemente que ese día la gente se fija un poco más en la Luna y cae presa de una ilusión mental que hace que parezca más grande al estar cerca de objetos del horizonte como casas, árboles y demás; de hecho si la fotografiamos con un teleobjetivo y la medimos, será igual de grande que si hacemos lo mismo cuando esté alta en el cielo. Sólo se verá más grande en nuestro cerebro.

En cualquier caso, no desaproveche la ocasión de disfrutar de la ilusión de la salida de la «superluna», siempre será un espectáculo, aunque no sea tan super…